martes, 16 de enero de 2007

Yo, informático

Aprovechando un correo que me ha mandado mi eterno archienemigo, voy a poner un par de vídeos de esos que explican gráficamente la grácil vida -y llena de suspense- de esa especie rara llamada informático. Seguro que no son los últimos vídeos que cuelgo con esta temática.

En primer lugar, para entender en toda su plenitud al especimen informático, debemos conocer un poco más su hábitat natural: En el curro, se da por sentado que todo tiene que estar hecho para ayer. Esto provoca simpáticas situaciones en las que, por ejemplo, el especimen renuncia a volver a su nido a descansar o, simplemente, convierte su lugar de trabajo en su nuevo nido. De hecho, el trabajo siempre se estima que durará un 50% menos de lo que ya de por sí sería una duración optimizada al recurso/hora. A esto se le viene denominando el teorema de esto ya casi está documentado y no se tarda nada en hacerlo. Entiéndase recurso como cacho de informático (a veces uno entero, a veces uno y medio y a veces cero coma setenta y cinco porción de carne programadora). Pues bien, si el trabajo consiste en 8-9 horas diarias y el trabajo a realizar consume... digamos... 800 horas, un informático tardará 400 horas (50% de 800) en realizarlo. Por supuesto, se da por sentado que el informático no sale a tomar café, y está las 8-9 horas pegado al monitor sin distraerse con los recursos que conviven a su alrededor.

Los informáticos, como los chicles, si se duplican o triplican en un mismo momento, duplican o triplican la intensidad de trabajo. Por ello, y siguiendo el ejemplo, si un informático tarda 400 horas, dos tardarán 200, cuatro tardarán 100... y 400 informáticos lo harán en una hora. Los tiempos de adaptación, la organización del equipo y sincronismo son tan matemáticos que el mismísimo Platón hallaría aquí una muestra de que su mundo de los conceptos perfectos existe.

Es un hecho, pues, que un número infinito de informáticos crearían todo lo informáticamente creable en un instante de tiempo cercano a cero. Es un campo de estudio, el de los números grandes, que invita a la imaginación...

Pero, ¿qué pasaría si esta enorme capacidad de trabajo se enfocara a otros sectores? ¿Por qué no, por ejemplo, al mundo de la ingeniería aeronáutca? Pues, siendo imaginativos, pasaría algo como ésto (robado de Javi Moya):

Por cierto, es un anuncio REAL de una consultora tecnológica, que se vanagloria de tener a sus informáticos trabajando para su cliente mientras éste usa lo que los primeros están haciendo. Algo asombroso... es como que te operen del corazón mientras los cirujanos estudian cardiología; o volar en un avión a medio construir [...]

Otra faceta del informáticus comunis es su innata condición de cabeza de turco para todo. Muchos opinan que los informáticos existen en las empresas para desahogar la rabia de directivos y otros departamentos ante problemas de origen desconocido o difícil solución. Hace poco se elaboró un estudio que sacó a la luz el hecho de que es más barato y conveniente para las empresas tener a un grupo de informáticos en nómina que tener que pagar una pelotita antiestrés al resto de plantilla... e infinitamente más barato que llevar a los jefes de putas. Sin embargo, el efecto que se consigue es el mismo.

Cuando la red no va y te ha jodido el sudoku, la culpa es del informático. Cuando no sabes usar el programa que te han hecho a medida, la culpa es del informático. Cuando se acaba el agua del dispensador, al informático... De hecho, un informático se convierte, automáticamente, en una sucursal de reclamaciones de Microsoft, Oracle, IBM y otras cuantas empresas que jamás han oido hablar de ti. Y es que, si falla el ordenador, la culpa es del informático. De igual modo, si no llueve la culpa es del hombre del tiempo y si no puedes parar de cagar la culpa es de José Coronado.

Veamos un día cualquiera en el que los astros confluyen y algún aparato de la red se rompe (robado sin ningún escrupulo de una enlace de mi archienemigo, que a su vez lo robó de The Smoke Sellers):

Penoso y cruel, el informático ve cómo el mundo no le comprende... que nadie se apiada de su desdichado destino. El mundo real lo odia, por eso se recluye en el virtual. Nadie quiere al informático, pero alguien tiene que hacer el trabajo sucio. El informático es el trapo donde sonarse, y donde limpiarse el culo cuando ves que te puede salpicar algo de mierda. El informático es maleable, soporta todo lo que le echen y no se queja. Al menos, no lo hace en entornos reales, porque en foros y blogs se desahoga... ante otros que están como él y no pueden hacer nada más que asentir.

Así es y así será. Tenemos ganado un cielo superior al divino, suponiendo que ese exista. Llevamos a cuestas los pecados de otros, y no nos importa volver una y otra vez a la cruz del descrédito, ya que nos han enseñado a ser así. Al igual que en otros maltratos, cuando las cosas van bien para nosotros es un premio... ¡Qué triste tener que contentarse con que no suceda nada que te aflija!.

Amén, hermanos.

2 comentarios:

anilmanchego dijo...

Ya lo decía el piatini:
"9 mujeres no hacen en 1 mes lo que 1 mujer en 9 meses"

Pero la verdad, es que para todo esto recomendaría leer al gran Scott Adams, (http://espanol.dilbert.com/), y en concreto el libro: http://www.agapea.com/DILBERT-Y-LA-ESTRATEGIA-DE-LA-COMADREJA-n27150i.htm, que aunque englobaba a un espectro más grande que no solo era informáticos, sino todo tipo de ingenieros, me recordaban a ti y a tu paso por soluziona...

Un besete negro.

Anónimo dijo...

poooooobrecicos los informáticos...aaaay...si los de letras nos pusiéramos algún día a contar nuestras miserias...
Un besete, Rabanero