Sam, el perro más feo del mundo, nos ha dejado. Las malas lenguas dicen que desde que ascendió al estrellato tras su entrevista en la CNN, nada fue igual. Así como sucede en algunas grandes estrellas del rock, la fama le pesó demasiado. Su destartalado y asimétrico cuerpo no pudo resistir más y el viernes, 18 de noviembre, nos abandonó.
Ruego una oración por su alma. Que encuentre en la otra vida un mundo, a ser posible, más bello que el que tuvo que soportar en ésta. Tan bello como él ya sería suficiente para conseguirlo. AMÉN.
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